Cada vez que en Guayaquil hace un calor insoportable aparecen en las redes sociales fotos de Willis Carrier, el inventor del aire acondicionado, con pedidos de que se construya un monumento en su honor. Suena a chiste, pero no tiene por qué serlo. Las ciudades están llenas de monumentos, plazas y parques en honor a políticos y militares, mientras se ignora a los verdaderos héroes de nuestras sociedades: sus empresarios.
A diferencia de muchos políticos, los empresarios hacen nuestra vida mejor con sus servicios, sus productos, sus inventos. Y casi siempre lo hacen en silencio, con bajo perfil, dedicados a competir. Trabajando por sus empresas y sus familias, los empresarios benefician a toda la sociedad. En cambio, muchos políticos que juran servir a la sociedad se dedican a servirse del Estado para inflar sus egos y sus cuentas bancarias.
Guayaquil lo entiende. Por eso, la Cámara de Comercio Guayaquil y el Comité del Bicentenario crearon la Ruta de los Héroes del Comercio, para rendir un homenaje a empresarios y empresas locales. Placas colocadas en los edificios donde han nacido varias empresas icónicas cuentan su historia para que sirvan de inspiración, para que conozcamos mejor a los verdaderos héroes de nuestra ciudad.
Héroes como Domingo Salame, fundador de una empresa dedicada a la venta a crédito de productos para el hogar, el Créditos Económicos que todos conocemos. Héroes como Mario De Prati, que en 1940 abrió un pequeño almacén de telas, hoy la primera tienda departamental del Ecuador. Héroes como Carlos Cueva, que a inicios de los ochenta abrió una pequeña farmacia que creció hasta convertirse en el principal grupo farmacéutico del país, Difare. Héroes como José Antón, que empezó importando bicicletas, juguetes y artículos para el hogar, creando almacenes Pycca, hoy con 45 tiendas a nivel nacional. Héroes como José Antonio Barciona, que a mediados de los sesenta empezó vendiendo materiales eléctricos en su tienda, hoy Almacenes Boyacá vende muchísimo más que eso en todo el país.
Estos comerciantes y sus empresas, que junto a otras forman parte de la Ruta de los Héroes del Comercio, empezaron como suelen empezar los grandes, desde abajo, con trabajo duro, sacrificio, ganas y visión para llegar lejos. Y con un mérito adicional, enfrentaron el desafío de ser empresarios exitosos en este país, donde además de trabajar duro, toca luchar contra gobiernos retrógrados dedicados a complicarlo todo, contra trabas burocráticas, leyes antiempresa, impuestos, aranceles y reglamentos absurdos.
Mientras muchos políticos lanzan gritos de igualdad y justicia, estos héroes del comercio impulsan la economía y generan miles de empleos, en silencio. Entienden que solo salimos adelante trabajando y compitiendo en un mercado libre y abierto. No como esos falsos empresarios que reaparecen estos días, expertos en el lobby y presionar a los gobiernos para que protejan con aranceles sus falsas industrias.
El monumento en Guayaquil a Willis Carrier está pendiente. Por lo pronto, podemos dar un paseo por la ruta de nuestros verdaderos héroes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario