lunes, junio 06, 2016

La década derrochada

“¿Qué es ese edificio?”, pregunté a mi papá señalando una inmensa estructura gris en la avenida Machala en el centro de Guayaquil. “Es un elefante blanco”, contestó.

Yo tenía unos 10 años y ese día, frente al horrible edificio del Ministerio de Agricultura, “la licuadora”, aprendí sobre despilfarro, gastos desproporcionados y elefantes blancos construidos en épocas de bonanza petrolera militar.

La bonanza petrolera correísta nos trajo también una interminable lista de elefantes blancos y miles de millones de dólares desperdiciados. Triste episodio de la política ecuatoriana. Triste década derrochada.

El Gobierno, siempre listo para crear eslóganes vacíos de contenido, nos quiere vender que esta es la “década ganada”. Nadie se cree el mal chiste.

Lo que sí creemos, porque está ahí, a la vista de todos, es el enorme derroche del Gobierno en estos nueve años. Hace poco, en las redes sociales sonó con fuerza el #RankingDelDespilfarro. Muchos compartieron varios ejemplos: 1.200 millones de dólares botados en la invisible Refinería del Pacífico, edificio de Unasur con su estatua de Kirchner como vergonzoso homenaje a la corrupción, dos aviones para el presidente, dos aeropuertos sin aviones, helicópteros que no vuelan, infinita publicidad estatal, sabatinas, marchas de sánduche y cola, Yachay, crecimiento descontrolado de la burocracia, nuevas secretarías e instituciones públicas con funciones imaginarias, presupuesto estatal multiplicado, sobreprecios en carreteras y obras públicas, “contratos complementarios” para aumentar el reparto, corrupción, gigante deuda con China, medios públicos. Y la lista continúa.

Esto es lo que se ve. Lo que se conoce. Poco a poco van apareciendo escandalosos casos de corrupción donde se multiplica aún más el despilfarro. Millones que se quedan en bolsillos de intermediarios, amigos y empresas fantasmas.

El Gobierno se dedica a vender su propia ficción. Correa dijo en su informe del 24 de mayo: “No hay gobierno que haya ahorrado más que el nuestro, la tasa de ahorro nacional se ha duplicado en nuestro periodo...”. Entendemos bien por qué su credibilidad baja día a día.

Tanto han ahorrado que están desesperados por vender todo para tener liquidez. Ahora sí dizque quieren eliminar entidades públicas. Ahora sí parecerían entender que las empresas manejadas por el Estado están destinadas al fracaso. Ahora sí dicen que se liquidarán, fusionarán o venderán empresas públicas como Tame, Banco del Pacífico y los medios incautados.

Este 24 de mayo Correa lanzó también una de las mejores frases que haya pronunciado en su vida política: “El próximo año, en un día como hoy habrá un nuevo presidente”. Música para nuestros oídos. Empieza la cuenta regresiva del fin del derroche, del abuso, del estatismo agobiante.

Nos queda hacer todo lo posible para que al menos este último año frenen el despilfarro. Para que no nos quiten más dinero con nuevos impuestos. Y evitar que nos sigan endeudando para pagar su irresponsabilidad y darse sus últimos gustos en el poder.


Cuando paso por la avenida Machala ya no está ese edificio que me enseñó de derroche y elefantes blancos. El correísmo se dio el lujo de demolerlo y construir un parque. Los niños que ahí juegan no tienen idea de la inmensa deuda que ellos deberán pagar tras esta década de despilfarro.


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