Una
voz lo despertó. “¿Quién eres?”, preguntó alterado. “Soy el fantasma de tu
pasado”, le contestó. Él rio. “Ese cuento ya me lo sé compañerito. ¿Quién te
envió acá? ¿Mi ñaño? ¿La prensa corrupta? ¿La CIDH?”, reclamó. “No perdamos
tiempo, tenemos mucho por recorrer”, dijo el espectro.
Lo llevó a su escuela. “¿Te acuerdas de este lugar? Ahí estás estudiando, siempre tan aplicado”. Luego se vio con su uniforme y pañuelo anudado al cuello liderando un grupo de boy scouts. “Esos chicos sí te admiraban, te respetaban”.
Viajaron a través de tiempos y espacios. Universidades, clases de economía, pequeños pueblos y grandes ciudades. Y se vio a sí mismo hablando de desarrollo, justicia, respeto a los derechos humanos y democracia. “Mírate protestando junto a los forajidos. ¿Imaginas cómo reaccionarías hoy ante protestas similares?”, lo increpó el fantasma. “Era otra situación. Teníamos derecho a reclamar contra quien controlaba a los jueces y pretendía controlar todos los poderes”, se defendió. “Parece que hablaras de ti mismo”, ironizó el fantasma. Entraron a un estudio de televisión. “Mírate sonriendo. ¿Recuerdas esa entrevista al día siguiente de ganar las elecciones? Escúchate refiriéndote al entrevistador como una buena persona de manos limpias. ¿En qué momento cambiaste? ¿Acaso los periodistas solo eran buenos mientras te apoyaban?”.
De repente todo oscureció. “¿Quién eres tú? ¿Quién te envía? ¿La izquierda infantil, los banqueros?” preguntó alterado al verse nuevamente en su cama frente al segundo fantasma. “Vengo a mostrarte tu presente”, le contestó. Aparecieron en una habitación con miles de televisores y radios, con su imagen y su voz repitiéndose al infinito frente a millones de espectadores obligados a verlo y escucharlo atados a sus sillas. Y aparecieron abogados y jueces callando a quienes interrumpían. Luego entraron a una casa vacía. “Es la casa de tu primer perseguido. Pasará esta Navidad lejos de su familia y amigos”, le dijo el fantasma.
Cuando llegó el tercer fantasma a su habitación, pidió a su guardia que lo arrestara. Pero fue imposible colocarle las esposas. “No pierdas el tiempo. Conmigo tu poder no funciona”, le dijo mientras tomaba su mano para llevarlo al futuro. “Seguro te ha enviado la oposición”, le gritó furioso. Pero su malestar se detuvo de inmediato. Llegaron a un lugar donde se respiraba un ambiente de libertad, progreso y bienestar, con gente feliz y niños disfrutando la Navidad. “Gracias por traerme aquí, compañero fantasma. Este sí es el país del futuro por el que estoy trabajando. Con esta evidencia de mi éxito le tapo la boca a la oposición y a la prensa”, dijo orgulloso. El fantasma rio. “Se nota que no has aprendido nada”, le dijo. “Este no es el futuro de tu país. Esto es Bélgica, donde vives ahora. En tu país no quieren saber de ti”.
Despertó enfurecido. Pidió a sus abogados que enjuicien a esos fantasmas por injurias. Y ordenó transmitir cadenas nacionales que prueben la incuestionable relación de la prensa con estas visitas fantasmales. Sus órdenes se ejecutaron de inmediato. Sonrió sabiendo que su poder seguía intacto. Que solo en los cuentos la gente reflexiona y cambia. Que aquí él manda y no tiene por qué escuchar a nadie.
6 comentarios:
Gomez Lecaro:
En verdad, te lo vuelvo a repetir, que limitado que eres. Que pasa no puedes escribir más que de Correa?, porque lo odias tanto si es claro que gracias a tus palabras de desprecio hacia el te has convertido en alguien ante tus patrones, invierte tu tiempo en mejorar todo lo que ves mal en otros, tus artículos son tan pobres en contenido que tienes que agarrarte de la figura pública del presidente para darles algún tipo de importancia, pero esto en serio es patético parece realizado por un niño de 9 años, porque no intentaste escribir un cuento de navidad serio?, será que no puedes? de repente tu vida encontró en Correa su sentido de ser, tu odio alimenta tu billetera, te atrae fanáticos odiadores sin propuestas como tus escritos, sin Correa no serías nadie, no tendrías un tema de conversación siquiera, quedarías desnudo ante tus limitaciones. Así que date un regalo de navidad y cómprate una estatuita del presidente para rezarle para que no se caiga y así no se te acaben los temas de conversación sobre él, que no es mas que un odio escrito desfigurado de múltiples formas al más puro estilo arjonesco. Y el que no quiera creer vean de que se tratan todos los "escritos" de Gomez Lecaro , si no quieren aburrirse se los resumo: "Odio a Correa y me pagan por odiarlo".
Te repitom intenta escribir sobre otros temas Gómez, vamos tu puedes! (esto es solo para que se vean mas comentarios en tus escritos, la plena que de 1 no pasan)
Excelente!!! Me encantó su comentario de ayer. Yo no me pierdo ningundo de sus escritos de los jueves. No haga caso de los detractores. Felicitaciones por su trabajo. Ojalá el país contara con más periodístas de opinión como usted.
Excelente Artículo. Ojalá que Scrooge Ecuatoriano cambie por el bien de todos. No es mal presidente, ha hecho muchas cosas buenas que otros presidente no hicieron, pero la obsesión de poder le perjudica. Pidamos al niÑo Jesùs que en esta Navidad,le haga cambiar. Saludos C S C
the grinch
"Odio a Correa y me pagan por odiarlo".
Un poco limitadito tu resumen, Jolgorio... ¿por qué no intentas tener una conversación como la gente, con argumentos y esas cosas? Lo que acabas de escribir se parece más a una cadena sabatina que a otra cosa.
Me gustó el cuento (aunque es triste), especialmente el final... así se va a retirar con 50 o 90 millones de dólares robados gracias a la última consulta que le puso a los jueces en sus manos y va a vivir muy bonito en un país capitalista, de esos que según él y sus pares nos explotan.
Saludos... Ignacio, sería bueno que alguna vez respondas a los comentarios que se te hacen. Si no es turro, como si realmente tu público te valiera.
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