Es triste ver lo que pasa en Perú. Un país que ha logrado estabilidad en lo político y económico se lanza a un panorama incierto.
La culpa no es de los votantes. Una mayoría votó por la estabilidad y la continuación del sistema democrático y de libertad económica que han permitido el crecimiento del país. La culpa fue justamente de los candidatos que garantizaban esa estabilidad. Kuczynski, Toledo y Castañeda obtuvieron juntos el 44% de los votos. Más que el 32% de Humala y el 24% de Fujimori. Una mayoría de peruanos votó por ellos. Pero pensaron en su proyecto político personal, antes que en el bienestar del país. Dividieron al electorado. Y ahora los peruanos escogerán entre dos peligrosos extremos.
Perú nos deja una lección. Los políticos serios, honestos y democráticos que aún quedan en nuestro país o que están por dar la cara en los próximos años deben unirse en un solo candidato que enfrente al Gobierno en las próximas elecciones. No es fácil. Cada partido o candidato cree que su modelo es el apropiado. O apunta al menos a ganar simpatizantes para una futura elección. Pero el país no puede esperar y aguantar otro periodo de despilfarro, desinstitucionalización, autoritarismo y pérdida de libertades.
Ya es tarde para hacer algo por esta consulta popular. Ganará seguramente el Sí en todo. Correa es el único real participante. La única voz que realmente suena. La campaña por el No apenas se escucha. No ha habido mayor interés ni coordinación de la oposición para enfrentar al Gobierno. De hecho, no ha habido una real oposición. Es una batalla muy difícil de ganar.
Pero el 2013 es mañana. Correa dijo hace poco que ha ofrecido a su familia retirarse a Bélgica cuando termine su presidencia para dedicarse a la academia. Es una buena idea. Ojalá lo cumpla. Por otro lado, dudo que quienes lo rodean lo dejen ir. En un Gobierno estatista por excelencia como este, que se ha dedicado a crear ministerios, dar y reciclar puestos públicos y meter la presencia del Estado hasta en la sopa con los miles de contratos y reparto de torta que esto significa, son muchas las personas cuyo sueldo, negocios y privilegios dependen de la permanencia de Correa en el poder. Lo convencerán que se quede cuatro años más.
Sea Correa u otro el próximo candidato de Alianza PAIS, no hay posibilidad de ganar sin un candidato único, alejado de los extremos y capaz de aglutinar izquierdas, centros, derechas, conservadores y liberales. Después de un Gobierno como el actual, no pedimos mucho. Estaremos contentos con un gobierno que cumpla mínimos acuerdos, como el respeto a la ley, a la libertad individual, a la propiedad privada, al derecho a expresarnos, y que entienda que solo saldremos de la pobreza y el atraso con menos limosna y más trabajo.
Todavía nada está dicho en Perú. Contra las predicciones, Humala y Fujimori podrían ser buenos presidentes, democráticos y respetuosos de la ley y las libertades. Pero más allá de resultados, la lección se mantiene. Necesitamos un solo candidato. Una solo propuesta. Acuerdos mínimos. Que no nos pase como a los peruanos.
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