jueves, enero 20, 2011

El eterno candidato


Para darse un baño de popularidad publicitaria y aumentar aún más su poder, Correa convoca a una consulta popular con preguntas de más. Redactadas para manipular al votante, cada una de las preguntas empieza con la frasecita “Con la finalidad”, seguida por el supuesto gran cambio que ocurrirá si votamos que sí.

Para un Gobierno que compra popularidad con campañas publicitarias, convocar a elecciones periódicas es una necesidad. Hace menos de dos años, días después de la reelección de Correa en abril del 2009, escribí aquí: “Tal vez lo más emocionante de estas elecciones es que al fin descansaremos de votar obligados a cada rato. Al menos por cuatro años. Y esto si Rafael Correa no decide inventarse alguna nueva elección en el camino que ratifique su popularidad”. Se la inventó. Ya se veía venir.

Para Correa, cuatro años es poco tiempo para gobernar, pero demasiado para estar alejado de la tarima electoral. El 30 de septiembre le aguó la convocatoria a muerte cruzada. Que venga entonces la consulta que le permita seguir de candidato.

Con la excusa de combatir la inseguridad, Correa convoca a una consulta donde solo las primeras dos preguntas tienen que ver con el tema. Bien pudieron tratarse en la Asamblea correísta, evitando despilfarro y quien sabe cuántas horas de publicidad oficial.

La pregunta 3 busca restringir la libertad de un individuo a emprender los negocios que quiera. La aprobación de la 4 y 5 entregará las cortes y la justicia a Correa. Suena a chiste eso de que habría tres delegados, uno por el Presidente de la República, uno por la Asamblea Nacional y uno por la Función de Transparencia y Control Social para sustituir al pleno del Consejo de la Judicatura. ¿Acaso hay diferencia entre ellos?

La pregunta 6 huele a persecución. ¿Qué es enriquecimiento privado no justificado? ¿Vender discos piratas en el semáforo, alquilar carpas con sobreprecio a la Asamblea Constituyente? ¿El comecheques no entra en esta categoría por ser enriquecimiento público? Bastaría con aplicar la ley para encarcelar a los corruptos.

La 7, con su tufo moralista, atenta contra nuestra libertad a gastar o malgastar nuestra plata como queramos. La 8, lo mismo que la 7. Casinos, toros, gallos, son temas sobre los que cada individuo, no el Estado, debe decidir.

La 9 de entrada asume “excesos en los medios de comunicación”. ¿No nos corresponde a nosotros decidir si hay o no excesos? Seguramente se refieren a los medios del Gobierno, o a las cadenas con las que siguen interrumpiendo programas en medios privados. Con esta pregunta, Correa busca su ansiado control de los medios. Y la 10, dará otra herramienta al Gobierno para perseguir a empresarios.

Correa pide que confiemos “en este Gobierno de manos limpias”. Pensé que ya no se atrevían a usar esa frase. Yo no confío. Y aunque confiara, igual votaría contra esta consulta que está de más, que busca aumentar el poder del Gobierno, y restar nuestra libertad individual.

Vuelve el candidato Correa –¿o acaso se fue alguna vez?– para desperdiciar millones de dólares en una manipuladora consulta, mientras nos aumenta impuestos para tapar los huecos de su despilfarro de cuatro años.

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