jueves, diciembre 02, 2010
La venida de Julian
Ya me estaba emocionando con la invitación del Gobierno ecuatoriano a Julian Assange, fundador y editor de Wikileaks. “Estamos abiertos a darle la residencia de Ecuador, sin ningún tipo de problema, sin ningún tipo de condicionamiento”, dijo el vicecanciller Kintto Lucas. El boletín de prensa de Cancillería indica además que Assange podría “realizar un trabajo investigativo y formar a la vez investigadores en Ecuador”. El Corcho Cordero y Patiño se sumaron a la invitación.
Ya me imaginaba esa escuela de investigadores, hackers y filtradores de información que Assange pondría en Ecuador. Con la venida de Assange, el Gobierno ya no tendría argumentos para atacar la libertad de prensa. No podrían por un lado validar su trabajo y, por otro, insultar y atacar a nuestros periodistas que investigan al Gobierno.
Pero por lo visto a Lucas, Patiño y Cordero se les chispoteó. Correa negó la invitación. Gran papelón mundial del Gobierno. Nos quedamos con las ganas de recibir a Julian, para que desde aquí revele verdades de los gobiernos del mundo, incluyendo el nuestro.
Claro que su trabajo en Ecuador se encontraría con varios inconvenientes. Si Assange filtrara información de nuestro Gobierno, seguramente el Presidente le diría lo que dijo sobre Fernando Balda cuando este difundió una grabación: “Han grabado, han espiado una reunión en el despacho del Presidente de la República. Eso es atentado a la seguridad nacional y este pobre hombre se va a ir preso…”.
Assange debe agradecer que Correa le haya quitado la invitación. No hubiera estado seguro en este país. Si aquí se insulta, desprecia y acusa a los periodistas que revelaron los negocios del hermano del Presidente con el Estado o al canal que dio a conocer los Pativideos, imaginen lo que le caería encima a Julian si revelase información desfavorable a nuestro Gobierno.
¿Qué dirían de Assange si filtrara información de diplomáticos venezolanos en lugar de gringos? Seguramente la invitación de Cancillería sería reemplazada por una enérgica condena contra este traidor y terrorista, por tener el descaro de violar la bolivariana soberanía de la hermana república de Venezuela.
Para Hillary Clinton, las filtraciones de los 250 mil documentos diplomáticos son “un ataque contra la comunidad internacional y Estados Unidos”. Exagera. Al final, los documentos revelan más chismografía social que secretos de Estado. El verdadero ataque a la comunidad internacional viene de las acciones de ciertos políticos, no de quienes los investigan. Hace bien en transparentar las relaciones internacionales y a los gobiernos. El de Estados Unidos o cualquier otro.
“Podemos ir en dos direcciones. Puede que lleguemos a un sistema en que haya una mayor fiscalización y acuerdos internacionales para suprimir la libertad de prensa o puede que vayamos a un nuevo estándar en que la gente espere y demande material que exponga más a los poderes; y un entorno comercial en que este tipo de exposición sea rentable; y un entorno legal en que esto esté protegido… Estamos en el cruce de caminos entre esos dos futuros… Con nuestras acciones de ahora determinamos el destino del entorno mediático internacional de los próximos años”, dijo Assange en una reciente entrevista con El País de España.
Hubiera sido bueno tener aquí a Julian.
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