“Si es muy machito que firme el decreto para la muerte cruzada este 10 de agosto”, dice Cynthia Viteri. “Déjense de bravuconadas y vamos a la muerte cruzada”, exclama Lucio Gutiérrez. Seguro de su reelección, Rafael Correa reta a la oposición: “…no le tenemos miedo, los que deben tener miedo son ellos… si es necesario llamaremos a la muerte cruzada…”.
¿Se vienen nuevas elecciones? No extrañaría con Correa. Como Chávez y sus similares populistas, necesitan campañas electorales seguidas que fortalezcan su popularidad y escondan sus fracasos.
La vergonzosa actitud de los asambleístas gobiernistas el domingo pasado pareció estar ligada a la amenaza de una muerte cruzada. Como si temiendo perder su puesto y su sueldo, prefirieron agachar la cabeza y obedecer las órdenes de los emisarios de Correa. Al permitir que se apruebe la reforma petrolera de Correa sin discusión ni votos, la Asamblea pasó a ser oficialmente una extensión de Carondelet. La división de poderes a la basura.
El Presidente tiene el derecho a empujar sus leyes y buscar el voto de sus asambleístas. Pero cruzó la línea, recurriendo a las típicas mañas políticas que tanto critica. Correa ganó las elecciones prometiendo una transformación ética del país. Prometió enterrar las prácticas de la partidocracia. ¿Dónde quedaron las manos limpias? Tal parece que más importante era poder entregar los contratos petroleros a los amigos bolivarianos.
¿Y dónde están los asambleístas de Alianza PAIS que alguna vez demostraron independencia? ¿Con qué cara siguen siendo parte de un proyecto que dejó de ser nacional para convertirse en algo personal?
Esta la ganó Correa. Pasó su ley. Perdió la Asamblea. Perdió el país. Pero los asambleístas gobiernistas pueden reaccionar y oponerse a otras peligrosas leyes. ¿Le convendrá entonces a Correa llamar a nuevas elecciones? Es verdad que casi seguro sería reelegido ante la ausencia de un opositor fuerte. Pero no sucedería lo mismo con sus asambleístas. Se han desprestigiado. Y Alianza PAIS podría ceder escaños a la oposición.
Tendríamos entonces a un Correa reelegido y fortalecido por el empuje de una nueva campaña electoral. Y a una oposición con más votos y fuerza en la Asamblea.
Aunque fiel a su espíritu autoritario, Correa ha amenazado con saltarse a la Asamblea y gobernar “directamente con el pueblo con consultas populares”, no parece convenirle una muerte cruzada en este panorama. Le guste o no, necesita su mayoría de asambleístas.
Al resto de ecuatorianos tampoco nos conviene pasar por nuevas elecciones. Costaría millones de dólares que no tenemos. Si bien abre la posibilidad de una oposición más fuerte en la Asamblea con capacidad de fiscalizar a este Gobierno, Correa también saldría fortalecido de una campaña electoral. Y podría ahora echarle el muerto de sus fracasos a la Asamblea opositora.
Prefiero que Correa termine sus cuatro años sin elecciones de por medio. Que el país se ahorre la plata, la molestia y el lavado de cerebros de una nueva campaña. Que los asambleístas de PAIS poco a poco recuperen su dignidad y voten por nuestro bienestar, no por lo que dicten los emisarios presidenciales. Y que en las próximas elecciones, ante la evidente oscura realidad, el país, ahora sí, vote por un cambio de verdad.
1 comentario:
Excelente post. Ya no hay que alimentar mas a este troll de Correa, lo que hay que hacer es presionar a la Asamblea a ser menos borrega con marchas y manifestaciones que los intimiden. Con un pais encima de ellos hasta los asambleistasde AP empezaran a legislar, por lo menos para no perder sus sueldos con la muerte cruzada. Siempre leo sus editoriales de El Universo y ahora lo sigo en twitter. Siga adelante!
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