Cambiaron las leyes. Cambiaron la Constitución. Cambiaron los procedimientos, las formas, los reglamentos. Pero no cambian la actitud, las conductas, la gente.

Hoy, las vergonzosas primarias de Alianza PAIS dejaron claro que ese movimiento, como tantos partidos y movimientos que han marchado por el circo político ecuatoriano, durará lo que dure su líder. La ideología no existe. Los proyectos políticos no existen. Solo existe la ambición por ocupar espacios de poder. Los partidos no son más que la camioneta a la que se trepan los que quieren un pedazo del pastel político.
Vemos rostros y nombres repetirse. El PRE de Abdalá Bucaram es ahora el PRE de

En Sociedad Patriótica el tiempo no ha pasado. Los rostros son los mismos. El discurso ha dado cierto giro a la derecha. Pero por mejorado que suene el mensaje, es difícil creerle a quienes ya tuvieron la oportunidad de gobernarnos.
El Partido Social Cristiano parece recoger firmas para su acta de defunción. ¿Morir de muerte natural o matarlo de una vez?, parece ser su verdadero dilema. La ideología en algo sobrevive. Pero no hay quién la lidere a nivel nacional. Historia repetida.
Nada ha cambiado en los partidos que debían renovarse por completo.
Alianza PAIS llegó despotricando contra la partidocracia. Debía ser distinto. ¡Pero cuánto se parece al resto de partidos! Por mucho que se pongan reglas que les impida criticarse entre ellos, el egoísmo político puede más que los reglamentos. Si no pueden mantener unido a su PAIS, ¿qué podemos esperar del manejo de nuestro país? Peleas, gritos de fraude, trampas. ¡Que viva la democracia que la nueva Constitución, milagrosamente, cambiaría con las primarias!
Esta vez tendremos que votar en plancha nuevamente, como siempre. ¿Y los distritos? Bien gracias. Eso solo le interesaba al Correa candidato, no al Correa político que quiere que el país vote por su partido sin importar quiénes son los candidatos. Así como hacía el PRE. Así como hacía la ID. Así como hacía el PSC.
Esperábamos rostros nuevos. Prácticas nuevas. Seguimos esperando. Todavía no se han cerrado las inscripciones. Están a tiempo de decidirse los indecisos. Están a tiempo de mostrarnos que sí puede cambiar la política en este país.
Hoy nada cambia. Este Gobierno que llegó al poder con la promesa de cambio es igual al resto. Cambiaron ciertas reglas, cambiaron estrategias, cambiaron etiquetas. Pero no cambiaron las personas que es lo único que realmente importa.
¿Cambiará algún día nuestra política? ¿Se animarán los candidatos que sí valen la pena? ¿Tendrán oportunidad de ganar esos candidatos? ¿Tendremos pocos partidos, pero buenos, que crean en algo y lo defiendan?
Se acercan las elecciones y todo se parece tanto al pasado. Solo cambian los colores. Los amarillos, naranjas y rojos de ayer, hoy se funden de verde. Del resto, nada cambia.