Este domingo ganarán Rafael Correa y su buró. Perderemos los ecuatorianos.
Votaremos por una nueva Constitución que en realidad es una excusa para darle más facultades al Gobierno, para que avance a toda máquina su plan estatista y concentrador de poder.
Es una sensación extraña esta de ver cómo el país acude emocionado a votar por un futuro más oscuro. Muchos votan convencidos con el eslogan de “Voto Sí porque el No ya lo viví”. No imaginan que se puede estar peor que antes.
Este domingo votaré No porque me basta con lo que ya hemos vivido del Sí.
Mi voto no tiene que ver con todo aquello en lo que gran parte de la reducida campaña por el No se ha enfocado: aborto, gays, drogas, religión. Fue un enfoque equivocado, más allá de que logre algunos votos. Con nueva Constitución o sin ella, no cambiarán los números de abortos en el país, el uso de las drogas, o la elección sexual de las personas. Por ahí no va el asunto.
El problema principal se refleja, por ejemplo, en la actitud del Gobierno frente a la nueva –e ilegal– Ley de Tránsito que el propio Gobierno escribió. Será una conducta que veremos más en el futuro: no importa lo que diga ese libro aprobado en Montecristi. No importa la ley. Lo que importa es lo que el Gobierno ve como “legítimo”. Lo que importa es avanzar, a como dé lugar, con este proyecto que está convencido que cada ciudadano no tiene la capacidad de tomar sus propias decisiones, sino que estas deben tomarse y exigirse desde la infinita sabiduría del poder central. Este domingo se votará por dar más poder y legitimidad a un Gobierno que seguirá la Constitución cuando le convenga.
Esto se vuelve más evidente cuando vemos la experiencia de Venezuela bajo el dominio de Hugo Chávez. A veces me pregunto ¿cómo veríamos a Correa si no existiera Chávez? ¿Sospecharíamos igual de su proyecto, intenciones e ideología? ¿Veríamos con tanto pesimismo el futuro? ¿Podríamos predecir lo que tenemos por delante? Tal vez la pregunta debe ir más atrás: ¿Existiría Correa y este Gobierno sin un Chávez?
Esa ideología y estilo, que pone al Estado antes que todo y que todos, ya tiene sus claros frutos en una Venezuela donde el Estado, o sea, el Gobierno, o sea, el Presidente es el amo y señor de todo lo que se mueva y no se mueva. Porque Venezuela y Chávez existen, los peligros del Sí son más reales y tangibles.
Nos guste o no, Rafael Correa sigue en la cima de su popularidad. Su mensaje sigue vendiendo bastante bien. Basta oírlo un sábado cualquiera durante su cadena radial. La gente disfruta escuchándolo, ríen, comentan, sueñan con sus palabras.
Este domingo votaremos No, porque aunque perderemos una vez más votando distinto a la mayoría del país, tenemos la confianza de que poco a poco iremos todos despertando de la seducción de este verde populismo publicitario, y sabremos que el camino al progreso y bienestar está por otro lado.
Que al menos la derrota dominical que el país sufrirá nos sirva de aprendizaje para futuros triunfos.
5 comentarios:
Llamarlo "elección sexual" no es correcto, porque ellos no eligen que su sexo les sea atractivo en la misma manera que los heterosexuales no eligen que les sea atractivo el sexo opuesto.
Interesante artículo y acertado, el rechazo se centro en temas que no tienen transcendecia, de pronto por ganar votos de algunos moralistas, pero el eje principal debió manejarse en poder total de Rafael Correa y no por el si no, porque aún no somos lo suficientemente maduros para elegir Presidentes que puedan llegar a producir el verdadero cambio que todos anhelamos para el Ecuador, donde realmente las riquezas sean de todos y no de unos cuantos, y esos cuantos reclaman ahora, porque ya pasaron a otros cuantos, se hizo un cambio de patrón y no hubo un patrón de cambio.
Pero muchos si en algún momento nos da la razón el tiempo, podremos decir que no, nos equivocamos al votar por el NO, aunque muy dentro de mí, quisiera equivocarme, y esperar que realmente todo tome un nuevo rumbo.
Saludos.
El principal problema de la Campana del NO fue que no realizaron ninguna propuesta. Guayaquil solo ser convirtio en un lugar para publicidad politica y algo de proselitismo, pero nada de debates, ideas o propuestas.
Busque mil razones para votar Si porque la Constitucion del 98 no es ninguna maravilla y nada se hizo para llevar a efecto lo rescatable de ella. Pero las actuaciones de los asambleistas y la forma de actuar de los que la promuevan es un claro indicador de como funcionan las reglas del juego para los revolucionarios ... Asi que para los desilusionados, no nos queda mas que esperar algun dia otra oportunidad
Creo que el problema principal es que la campaña por el NO cayó en el juego de Rafael Correa, el que viene promoviendo desde la primera vuelta porque, aunque sea negativo para el país, le da votos: la polarización. No existe la posibilidad de estar de acuerdo con algunos aspectos de la "Revolución Ciudadana" pero criticar su irrespeto a las reglas de juego: quien critica automáticamente es un pelucón o representante de la partidocracia, en ocasiones reforzando esta idea con el "claro, antes no dijo nada" y citando los abusos que (lo sabemos todos) muchos de los políticos anteriores cometieron como si eso legitimara los que ellos cometen.
El tono de esta campaña, y en eso estuvo la astucia del Gobierno, fue el de la segunda vuelta, en la que muchos votamos por Correa únicamente porque la opción era Noboa. En esta ocasión, y de hecho en todas las elecciones que ha habido y que habrá desde la segunda vuelta, las opciones son Correa o más Correa. Él y su gente no pierden nada de poder con el NO.
En cambio, lo menos que se puede decir del SÍ es que PAIS va a ganar diputados *gratis* por un par de meses, así como antes sus asambleístas asumieron abusivamente estas funciones. Y Correa sigue diciendo que "la derecha" tiene miedo a las elecciones.
¡Salud! Luego vendrá el chuchaqui moral.
Y tenía una pregunta, ¿qué fue lo que ocurrió con la ley de tránsito?
Gracias.
Publicar un comentario