Mientras la aprobación del Presidente baja. Mientras la Asamblea cada día representa menos la esperanza de un pueblo, y cada día más nuestra triste política de siempre. Mientras la misma izquierda se aleja del Gobierno y se siente traicionada por un proyecto político en el que alguna vez creyó. Mientras cada día está más claro que el panorama económico del país es bastante oscuro. Mientras todo esto ocurre, Lucio Gutiérrez camina, habla, estrecha manos, avanza.
Regresa el ex dictócrata y mejor amigo de Washington. Como nos cuenta un reciente reportaje en diario Expreso, “Lucio se abre camino de puerta en puerta” recorriendo el país con un mensaje anti Correa. Poderoso y vacío mensaje. De esos que pueden ganar muchos votos de un país acostumbrado a votar en contra de algo o de alguien antes que a favor de propuestas.
¡Qué triste panorama político! Si antes fue doloroso tener que votar por Álvaro Noboa como única alternativa ante un Lucio o un Correa en el poder, ahora sería mucho más doloroso tener que votar por Lucio en rechazo a Correa. En nuestra política nunca se toca realmente el fondo.
De repente, aparece la posibilidad de un Lucio como el hombre de la derecha, del centro y de parte de la izquierda, que comprenden que el proyecto e ideología de Correa son más peligrosos incluso que la ausencia de un proyecto y una ideología.
Lo hemos preguntado antes y lo volvemos a preguntar hoy: ¿dónde está ese líder de
oposición? Ya es hora de que salga de su escondite. La Asamblea era un buen escenario para que surgiera. Pero de esta Asamblea no saldrán más que enormes gastos y un libro que nos avergonzará como ecuatorianos del pobre nivel de quienes nos representan. De los municipios tampoco saldrá la oposición. Cada alcalde está metido en lo suyo. ¿Nuevas caras? No las hemos visto. Y ante la falta de nombres y propuestas inteligentes y consistentes, Lucio se recicla, reaparece y crecerá.
El día de las elecciones se acerca rápidamente. El Gobierno copiará la estrategia chavista de adelantar elecciones presidenciales y convencernos de que si Correa gana no es una reelección. Este período no cuenta según los manuales bolivarianos. Borrón y cuenta nueva. ¿Podrá alguien competir en la papeleta contra Correa?
Por ahora, solo Lucio asoma. Continuaremos con nuestra costumbre de reciclar políticos, sin importar lo malos que hayan sido. En esto sí somos muy ecológicos. Los políticos no van a la basura. Los sabemos reutilizar o reciclar. Si Lucio sintoniza con ese país decepcionado o desesperado, su pasado político se irá olvidando.
Con la campaña para aprobar o rechazar la nueva Constitución se abre una puerta para que surjan nuevas ideas y voces que hagan ver al país lo trascendental de su decisión. Que hagan comprender por qué este cuento socialista ha fracasado y fracasará. Que nos traiga el mensaje de cambio de verdad. Talvez sea muy pronto para convencer a la mayoría que el rumbo propuesto por este Gobierno no es el correcto. Tomará un tiempo. Pero hoy más que ayer, y mañana más que hoy, habrá más gente dispuesta a escuchar. ¿Qué voz escucharán? Por ahora solo nos llegan voces recicladas de quienes, como Lucio, ya desperdiciaron su oportunidad.
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