Según un estudio de Cedatos Gallup solo el 2% de los ecuatorianos ha leído parcialmente la Constitución y solo el 7% sabe lo que es. Es una cifra que llama la atención, pero que no debe impresionarnos. Ya sabíamos que todo este apoyo masivo a la Asamblea Constituyente siempre tuvo mucho de emoción, esperanza y sueños, y muy poco de realidad o conocimiento profundo.
Ahora ya sabemos quiénes serán nuestros candidatos. Sucedió lo esperado. Se repiten muchas de las caras de siempre. Ahí están ex candidatos a presidente, diputados, políticos de antaño, famosos de la tele, periodistas, artistas, comentaristas deportivos, y personas con historias conmovedoras.
Pero también hay varios candidatos serios y nuevas caras prometedoras. No podemos hablar de una renovación de los políticos o partidos en estas elecciones, pero sí de un primer paso en esa dirección. Hay movimientos que refrescan el escenario político. Ojalá puedan llegar y se mantengan alejados de la politiquería en la que han caído tantos.
La estrategia electoral del Presidente ha sido muy buena. Escogió para candidatos a sus ministros que en estos meses se hicieron muy populares frente a las cámaras. Nos tuvieron engañados todo este tiempo diciéndonos que eran ministros de corazones ardientes, cuando en realidad eran candidatos en formación para la Asamblea. Brillante movida política la del Gobierno.
Otra movida electoral del Presidente es utilizar eventos del Estado para promover a sus candidatos y despotricar contra los otros partidos. La colocación de la primera piedra de la millonaria sede de la Asamblea en Montecristi es el primer acto que demuestra que este Gobierno no tendrá la más mínima intención de separar sus actividades oficiales de las actividades electorales de Alianza PAÍS. La línea entre actos oficiales y mítines políticos se borrará. Los recursos y logística del estado estarán al servicio de los candidatos del Gobierno. Y al igual que el Tribual Supremo Electoral le perdona a Álvaro Noboa sus deudas, aquí nadie dirá nada.
Ya estamos acostumbrados a estos abusos. No tenía por qué ser distinto con este Gobierno y en estas elecciones. Lo que sí es distinto, es que esta vez no solo que el Gobierno impulsará activamente a sus candidatos, sino que lo hará mientras el resto de candidatos está atado de manos con el estatuto que les impide hacer sus campañas con libertad.
Los medios deberán cumplir un papel crucial en ayudar a que conozcamos a todos los candidatos. Si el estatuto mató la libertad de los candidatos de gastar en sus campañas, que los medios revivan su posibilidad de darse a conocer.
Entre tantos candidatos será poco lo que conozcamos de cada uno. Al menos, esperemos conocer sus posiciones ideológicas sobre el modelo de Estado que buscan. Ya sabemos cómo piensan los candidatos del Gobierno y el modelo de Estado que desean. Y los escucharemos miles de veces más. Ahora necesitamos conocer y escuchar a los demás.
El éxito de la nueva Constitución no estará en cuántos la leen, sino en cuántos se beneficien y gocen de sus derechos y su libertad gracias a ella. Si el Gobierno monopoliza la campaña electoral y la Asamblea, dudamos que nos provoque leer la nueva Constitución. O quién sabe, talvez una ley altiva nos obligue a todos a hacerlo.
jueves, junio 28, 2007
jueves, junio 21, 2007
¿Socialismo con autonomías?
Hace poco inscribí a mi hija en el nuevo Registro Civil de Guayaquil. Fue el trámite más sencillo y organizado que he hecho. No había tramitadores, ni vendedores de comida en tarrina, ni tumultos y colas interminables, ni sudor y suciedad, ni funcionarios desganados diciendo que no hay sistema, ni ninguna de esas folclóricas, agotadoras y subdesarrolladas experiencias del antiguo Registro Civil. Acá todo fue orden, limpieza, agilidad, buen servicio. Como debe ser.
Lo que el Municipio de Guayaquil ha logrado con el Registro Civil es otra muestra de lo que sucede cuando los gobiernos locales asumen responsabilidades y trabajan con autonomía en sus cosas, sepultando el fracasado modelo centralista.
Pero el éxito de los gobiernos y entes locales autónomos parece no convenir al socialismo del siglo XXI, que camina en dirección opuesta. Chávez anunció que terminará con las autonomías de los entes estatales y que centralizará industrias estratégicas, como la electricidad. El socialismo del siglo XXI venezolano necesita controlarlo todo desde arriba. Por eso, la gestión y autonomía local no cuadran con su plan.
En nuestro país, nuestro Gobierno que abraza el socialismo del siglo XXI, en teoría no concuerda con ese modelo centralista de Chávez. Durante su campaña, Correa siempre apoyó las autonomías y la descentralización.
Digo “en teoría” porque si bien el Presidente dice apoyar las autonomías, sus recientes actos en contra de Guayaquil y de instituciones autónomas, como la Comisión de Tránsito del Guayas, muestran lo contrario. Meter las narices del poder central en temas que no le competen, como el uso de vías de acceso a una ciudad, no son precisamente acciones de un Gobierno que apoya las autonomías y la independencia local. Si a esto le añadimos la oposición del Presidente a que el Municipio de Guayaquil asuma la competencia del puerto, aumentan nuestras dudas sobre su vocación autonomista. ¿Puede un modelo socialista que busca planificarlo y controlarlo todo desde arriba ir de la mano con las autonomías locales?
No está claro cuál es la intención del Presidente al irse en contra de una ciudad eficiente e independiente como Guayaquil. ¿Medición de fuerzas con el Alcalde? ¿Desprecio hacia la independencia y autonomía de gobiernos e instituciones locales que el Gobierno central no puede controlar? Lo primero sería grave, pero pasajero. Lo segundo sería muy preocupante para el futuro de este país que necesita desesperadamente enterrar para siempre el centralismo.
Mario Vargas Llosa en su reciente entrevista con Diario EL UNIVERSO dijo: “Hay una tradición en América Latina de preferir las promesas a las realidades. Las palabras son más importantes que los hechos y eso es lo que le da a la demagogia una enorme vigencia en nuestros países”. Entonces, el país preferiría las promesas de una patria altiva y soberana antes que los hechos y realidades de las obras y cambios en Guayaquil. Y el Gobierno parece apostarle a ello.
Esperemos que mañana las promesas electorales del Presidente a favor de las autonomías se conviertan en realidades a través de los votos de sus asambleístas. Aunque el socialismo del siglo XXI requiera un Estado central planificador y regulador, este Gobierno debe demostrar que eso no significa un Estado centralista y antiautonomista. Más centralismo es lo último que el país necesita. Y Guayaquil nunca lo aceptará.
Lo que el Municipio de Guayaquil ha logrado con el Registro Civil es otra muestra de lo que sucede cuando los gobiernos locales asumen responsabilidades y trabajan con autonomía en sus cosas, sepultando el fracasado modelo centralista.
Pero el éxito de los gobiernos y entes locales autónomos parece no convenir al socialismo del siglo XXI, que camina en dirección opuesta. Chávez anunció que terminará con las autonomías de los entes estatales y que centralizará industrias estratégicas, como la electricidad. El socialismo del siglo XXI venezolano necesita controlarlo todo desde arriba. Por eso, la gestión y autonomía local no cuadran con su plan.
En nuestro país, nuestro Gobierno que abraza el socialismo del siglo XXI, en teoría no concuerda con ese modelo centralista de Chávez. Durante su campaña, Correa siempre apoyó las autonomías y la descentralización.
Digo “en teoría” porque si bien el Presidente dice apoyar las autonomías, sus recientes actos en contra de Guayaquil y de instituciones autónomas, como la Comisión de Tránsito del Guayas, muestran lo contrario. Meter las narices del poder central en temas que no le competen, como el uso de vías de acceso a una ciudad, no son precisamente acciones de un Gobierno que apoya las autonomías y la independencia local. Si a esto le añadimos la oposición del Presidente a que el Municipio de Guayaquil asuma la competencia del puerto, aumentan nuestras dudas sobre su vocación autonomista. ¿Puede un modelo socialista que busca planificarlo y controlarlo todo desde arriba ir de la mano con las autonomías locales?
No está claro cuál es la intención del Presidente al irse en contra de una ciudad eficiente e independiente como Guayaquil. ¿Medición de fuerzas con el Alcalde? ¿Desprecio hacia la independencia y autonomía de gobiernos e instituciones locales que el Gobierno central no puede controlar? Lo primero sería grave, pero pasajero. Lo segundo sería muy preocupante para el futuro de este país que necesita desesperadamente enterrar para siempre el centralismo.
Mario Vargas Llosa en su reciente entrevista con Diario EL UNIVERSO dijo: “Hay una tradición en América Latina de preferir las promesas a las realidades. Las palabras son más importantes que los hechos y eso es lo que le da a la demagogia una enorme vigencia en nuestros países”. Entonces, el país preferiría las promesas de una patria altiva y soberana antes que los hechos y realidades de las obras y cambios en Guayaquil. Y el Gobierno parece apostarle a ello.
Esperemos que mañana las promesas electorales del Presidente a favor de las autonomías se conviertan en realidades a través de los votos de sus asambleístas. Aunque el socialismo del siglo XXI requiera un Estado central planificador y regulador, este Gobierno debe demostrar que eso no significa un Estado centralista y antiautonomista. Más centralismo es lo último que el país necesita. Y Guayaquil nunca lo aceptará.
jueves, junio 14, 2007
Mi poder en la publicidad
Mi sobrino de cuatro años quería que su cumpleaños fuera de “Correa”. Si los niños decoran sus cumpleaños con los personajes de Cars, Toy Story o Shrek, ¿por qué no hacerlo con este simpático señor que aparece a cada rato sonriendo en la televisión?, pensaba mi sobrino.
Ya imaginábamos el mantel verde, altivo y soberano; la piñata con caramelos lúcidos y chocolates ardientes, y la torta decorada con el rostro de Correa y el eslogan ‘La fiesta ya es de todos’. Todo un cumpleaños socialista para este siglo XXI.
Más allá de lo chistoso que era escuchar a mi sobrino planear su fiesta correísta, este caso destaca un hecho: el nombre de Correa nos llega por todos lados con su millonaria campaña publicitaria. Hemos perdido la cuenta de las veces al día que escuchamos en la televisión, en la radio camino al trabajo, o leemos en los diarios, revistas y páginas web que la patria ya es de todos. Y como una mentira repetida muchas veces se convierte en realidad, debe ser cierto entonces lo que nos dicen…
El Gobierno gasta sin control en su imagen. Cuando la plata no es de uno, no hay pena en derrochar. Nos cuentan de Socio País, que la patria es de todos, que duplicaron el bono, y nos hacen escuchar Patria tierra sagrada más que La vida Loca de Ricky Martin en su época de mayor éxito.
Lo último es la promoción con Alegro. El Gobierno pone a la empresa pública de celulares a su servicio. Enviando un mensaje descargas gratis el ring tone de la canción Patria. Y para informar de esta patriótica promoción, malgastan nuestro dinero en toda una campaña en medios. Este Gobierno cree que todo ente o institución pública le pertenecen. Y como tal, lo pondrá a su servicio, sea este Alegro, la Junta Bancaria, el Tribunal Constitucional o el que sea necesario. Las instituciones del sector público al servicio del Socialismo del siglo XXI.
El Gobierno maneja su relación con los medios desde dos frentes. Por un lado están las críticas constantes a la prensa. Por otro lado, el Gobierno se convierte en el principal benefactor de los medios. Los llena alegremente de publicidad a ver si así logra ganar su simpatía y moderar las críticas.
¿Continuará este despilfarro del dinero de los ecuatorianos? ¿Tendrá este Gobierno la suficiente decencia y honestidad para suspender su publicidad, al menos durante la campaña a la Asamblea Constituyente? ¿O usará fondos públicos para apoyar a sus candidatos y así romper la supuesta igualdad de condiciones impuesta con la prohibición al financiamiento privado de las campañas?
El Presidente dijo que continuaría indefinidamente en campaña. Sí que lo está haciendo. Y con el dinero de todos los ecuatorianos. El país tiene demasiadas necesidades como para despilfarrar tanta plata en promocionar el eslogan presidencial. Mientras los pativideos muestran que la patria sigue siendo de los amarres y arreglos secretos, la publicidad “altiva y soberana” nos insiste otras cosas. Mucha imagen, poco contenido. Difícil de creer.
Mi sobrino se cansó, ya no quiere su cumpleaños de Correa. Ahora prefiere otro personaje verde más auténtico, como Shrek.
Ya imaginábamos el mantel verde, altivo y soberano; la piñata con caramelos lúcidos y chocolates ardientes, y la torta decorada con el rostro de Correa y el eslogan ‘La fiesta ya es de todos’. Todo un cumpleaños socialista para este siglo XXI.
Más allá de lo chistoso que era escuchar a mi sobrino planear su fiesta correísta, este caso destaca un hecho: el nombre de Correa nos llega por todos lados con su millonaria campaña publicitaria. Hemos perdido la cuenta de las veces al día que escuchamos en la televisión, en la radio camino al trabajo, o leemos en los diarios, revistas y páginas web que la patria ya es de todos. Y como una mentira repetida muchas veces se convierte en realidad, debe ser cierto entonces lo que nos dicen…
El Gobierno gasta sin control en su imagen. Cuando la plata no es de uno, no hay pena en derrochar. Nos cuentan de Socio País, que la patria es de todos, que duplicaron el bono, y nos hacen escuchar Patria tierra sagrada más que La vida Loca de Ricky Martin en su época de mayor éxito.
Lo último es la promoción con Alegro. El Gobierno pone a la empresa pública de celulares a su servicio. Enviando un mensaje descargas gratis el ring tone de la canción Patria. Y para informar de esta patriótica promoción, malgastan nuestro dinero en toda una campaña en medios. Este Gobierno cree que todo ente o institución pública le pertenecen. Y como tal, lo pondrá a su servicio, sea este Alegro, la Junta Bancaria, el Tribunal Constitucional o el que sea necesario. Las instituciones del sector público al servicio del Socialismo del siglo XXI.
El Gobierno maneja su relación con los medios desde dos frentes. Por un lado están las críticas constantes a la prensa. Por otro lado, el Gobierno se convierte en el principal benefactor de los medios. Los llena alegremente de publicidad a ver si así logra ganar su simpatía y moderar las críticas.
¿Continuará este despilfarro del dinero de los ecuatorianos? ¿Tendrá este Gobierno la suficiente decencia y honestidad para suspender su publicidad, al menos durante la campaña a la Asamblea Constituyente? ¿O usará fondos públicos para apoyar a sus candidatos y así romper la supuesta igualdad de condiciones impuesta con la prohibición al financiamiento privado de las campañas?
El Presidente dijo que continuaría indefinidamente en campaña. Sí que lo está haciendo. Y con el dinero de todos los ecuatorianos. El país tiene demasiadas necesidades como para despilfarrar tanta plata en promocionar el eslogan presidencial. Mientras los pativideos muestran que la patria sigue siendo de los amarres y arreglos secretos, la publicidad “altiva y soberana” nos insiste otras cosas. Mucha imagen, poco contenido. Difícil de creer.
Mi sobrino se cansó, ya no quiere su cumpleaños de Correa. Ahora prefiere otro personaje verde más auténtico, como Shrek.
jueves, junio 07, 2007
‘Edukadores’
El otro día vi la película alemana Los Edukadores. Me hizo pensar sobre la ideología predominante en este Gobierno y muchos actores políticos del país. La película nos presenta a tres jóvenes idealistas y revolucionarios, enojados con el capitalismo y los lujos, que se hacen llamar los Edukadores.
Estos jóvenes aplican un original método para expresar su descontento y así “educar” a los ricos: entran a sus mansiones, ponen todo patas arriba –el equipo de música dentro del refrigerador, el sofá en la piscina, etcétera– y dejan una nota para cuando regresen los dueños de casa que dice: “Sus días de abundancia están contados.” Los Edukadores no roban nada. Solo se aseguran de que las familias ricas vivan intranquilas sabiendo que alguien las está viendo y juzgando.
Es fácil simpatizar con estos personajes. Sus acciones se inspiran en un idealismo que busca un mundo con menos injusticias. El problema es que el enemigo en quienes enfocan su rabia es el equivocado: combaten la riqueza cuando deberían combatir la pobreza.
Muchos aprobarían el discurso de los Edukadores: los problemas del mundo son culpa del capitalismo, de las grandes corporaciones, de una minoría llena de lujos, etcétera. Es un discurso que suena revolucionario, pero que no conduce a soluciones. Transita una delgada línea entre la conciencia social y el resentimiento, donde el deseo de un mundo con menos pobreza se mezcla con un resentimiento hacia las personas con éxito económico. Es un discurso que se concentra más en atacar y ridiculizar al rico, que en ayudar y motivar al pobre a alcanzar éxito y bienestar económico. Que busca males en el sector privado y productivo antes que en las prácticas corruptas de entes públicos e improductivos.
Lo irónico es que para los personajes de la película que viven en la próspera Alemania de hoy, la pobreza del mundo es solo una idea, algo que conocen por internet. Vistos desde una perspectiva global, estos tres jóvenes de clase media que se quejan de la riqueza de otros, viven vidas de ricos en comparación a lo que se vive en países pobres. Tienen seguridad, salud, educación, comida en la mesa, transporte, apartamento con electricidad y agua caliente. Viven el bienestar económico y no sufren en carne propia la pobreza justamente porque son parte de una sociedad capitalista, libre, y con poca corrupción. No hay sociedad ni sistema perfecto, pero el que ellos viven –y critican– se acerca más a ello.
El idealismo juvenil, como el de los personajes de la película, es vital para una sociedad. Debemos cultivarlo y fomentarlo. La actitud de nuestro Presidente ha reflejado mucho de ese idealismo. Y eso es bueno. Lo importante es que lo canalice constructivamente.
Esas ganas por acabar con las injusticias y la pobreza que ha demostrado este Gobierno darán buenos resultados mientras fomenten en los ecuatorianos el deseo por el éxito y el bienestar económico, no lo contrario. Mientras el Gobierno haga del éxito económico un objetivo a seguir, no a tumbar. Y sobre todo, mientras brinde las facilidades y contagie en los ecuatorianos las ganas de trabajar duro para ser todos más prósperos, en lugar de motivarnos a esperar acostados en una hamaca que el Estado nos alimente en la mano.
viernes, junio 01, 2007
Revista la U. – Junio 2007
Ya está circulando la U. de junio en tu universidad!!!
Para pautar en revista la U. escribe a revistalau@yahoo.com. Envíanos tus artículos, fotos, ideas o comentarios a revistalau@yahoo.com.
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