Por el bien del país espero que Correa haga un buen gobierno, pero ante lo que escuché en su primer discurso y viendo su clarísima idolatría hacia Chávez, voy perdiendo las esperanzas. Correa ha marcado con sus gestos y discurso inaugural una fuerte señal de querer ser y hacer como Chávez.
Una y otra vez nuestro Presidente se ha referido a “la oscura y triste noche neoliberal” que él acabará. Para Correa, nuestros males se dan por haber seguido las recetas del “Consenso de Washington”. No sé en qué país ha vivido Correa estos años, pero Ecuador ni ha sido un país liberal ni ha seguido estas recetas. Medidas del Consenso de Washington como el reordenamiento de las prioridades del gasto público hacia educación, salud e infraestructura; liberalización del comercio internacional; privatización; apertura a las inversiones extranjeras; disciplina fiscal; desregulación, etcétera, por aquí no han pasado, y si lo hicieron fue a medias. Un país “socialista” como Chile ha avanzado y crecido gracias a su apertura y liberalización. El Chile de hoy es un país más liberal que el supuesto neoliberalismo que jamás existió en Ecuador. ¿Privatizaciones? Hasta la última vez que revisé sigo pagando mi cuenta de teléfono a una empresa pública y cada mes el Estado me obliga a poner un porcentaje de mi sueldo en un desastroso seguro social público sin darme la opción de escoger uno privado.
Para progresar hay que competir. El discurso de Correa se alejó del concepto de la competencia y el libre mercado, para soñar con un mundo más cooperativo. No está mal desear este mundo, pero si queremos salir de la pobreza la solución no está en más intervención del Estado, sino en más mercado y competencia. En Ecuador han sido el Estado y sus garras como actores principales, no la competencia y libre mercado, los que nos han sumido en la corrupción y pobreza de los últimos años. No confundamos a los responsables.
No todo lo que dijo Correa fue malo. Es positivo su especial interés en acabar con las mafias y la corrupción, invertir en educación, vencer la cultura de endeudamiento, entre otras ideas y propuestas. Pero, lastimosamente, lo bueno casi ni lo noté entre tantas frases recicladas de un fracasado socialismo, que nada tiene de ese nuevo socialismo europeo y chileno que ya ha vencido antiguos complejos y que entiende que posturas liberales como la apertura comercial, la promoción y fortalecimiento de la iniciativa privada y el respeto a la propiedad y las leyes son premisas básicas para el desarrollo.
El Socialismo del siglo XXI que quiere Correa se aleja mucho del socialismo moderno. Suena peligrosamente parecido al mismo que ya fracasó en el siglo XX, el mismo de Fidel, el mismo de ese Chávez que quiere volver al desastre de las nacionalizaciones y que atenta descaradamente contra la libertad de expresión. Es el modelo perfecto para distribuir la pobreza.
Quise tanto que Correa nos sorprenda con un mensaje esperanzador, práctico y que nos motive a ponernos a trabajar, invertir, generar empleo y producir riqueza. Pero entre tantas utopías, revoluciones y constantes venias a Chávez acabé muy preocupado.
Cuidado con esa espada de Bolívar que camina por América Latina. Alerta, alerta, alerta, señor Presidente. No se deje seducir por Chávez. ¿Quiere soberanía? Empiece por demostrar su independencia de Chávez. Por ahora solo hemos visto lo contrario.
3 comentarios:
Alerta Alerta Alerta. El discurso de Correa me sumió en desesperanza; al contrario, muchos de mis compañeros de trabajo se llenaban de ella. Es que no entiendo cuándo vamos a dejar el discurso que 'suena bien', y comenzar a tocar los temas que son de fondo, y que nos pueden sacar adelante. Totalmente de acuerdo contigo MIG, OJALA el Ecuador en algún momento hubiera adoptado las tan manoseadas medidas neoliberales. Distinto sería nuestro presente.
Y serán otros cuatro años perdidos, porque con ese discurso, y con las primeras medidas tomadas, dudo que vayamos para adelante. Nos están distrayendo, como pueblo con la manoseada Asamblea, echándoles la culpa a quienes en realidad, hay tenido mucho que ver con el circo, pero menos con el fondo de los problemas. El congreso y la Constitución pueden cambiar mil veces, pero si no dejamos de engañarnos y pensar que todo lo que signifique apertura es malo, porque sí, no saldremos adelante.
Saludos
OK,está bien,puede ser una alerta. Pero pienso que hay que darle tiempo al Presidente.
Por otro lado, es verdad que no deseamos algo como Venezuela donde hay una profunda divisiòn entre ciudadanos de un mismo país. Pero si analizamos profundamente Correa no es Chávez.
PRIMERO.- Nuestro presidente viene del ambiente acadèmico. Y Chàvez del ambiente militar.
SEGUNDO.- Correa estudió en Europa y Estados Unidos, por lo que (pienso yo) tiene una visión de más apertura hacia el mundo. Quizàs Chávez es más radical por eso.
TERCERO.- El cìrculo de colaboradores de gobierno de Correa es distinto al de Chàvez.
En fin, propongo algo, despuès de los 100 días veremos qué sucede, mientras tanto... observemos con cuidado.
Saludos,
MAP
Muy buen artículo Manuel Ignacio. Abre una serie de interrogantes y debates.
El Presidente Correa, con tan solo 9 días desde que asumió el mando, tiene ya tantos frentes abiertos que veo muy difícil un entorno de gobernabilidad. La luna de miel fue tan corta por una sencilla razón: Correa se posesionó a inicios de diciembre, y la gente ya se cansó de verlo en su tercera vuelta electoral, tarimeando consignas a favor de la INfamosa Asamblea Constituyente, como que esta fuera la solución que requiere el país -mientras blandía la espada de Bolivar, por supuesto. Y para colmo de males, cuando firma el tan anunciado Decreto 002 lo hace mal.
El 'estatuto' para la Asamblea dejó de lado a sus mayores impulsadores, los movimientos sociales, y se le armó el relajo. Que pobreza de situación. Fue su única oferta de campaña, y lo hace mal. Y para colmo, se manda a cambiar a Brasil mientras el país se convulsionaba por las falencias de planificación. Y ahora, para colmo, este sainete del tema del Ministro Fiscal- Congreso Nacional- TSE, y por supuesto, con el Presidente Correa como protagonista de tremenda burla al pueblo ecuatoriano.
Señor Correa, lo que necesita el país es QUE LE DEJEN TRABAJAR... ni siquiera pide trabajo, sino LIBERTAD para trabajar, que es distinto. El papá estado dejó de ser tal desde su concepción. Dedíquese a regular y DEJAR HACER, para que los equilibrios de la economía jueguen su papel, por supuesto, velando porque los tramposos de siempre, los mafiosos no se lleven el país en peso, acabando de raíz con la corruptela en Pacifictel, en Andinatel, en las eléctricas... sobre esto, qué va a hacer señor Correa?
Ah, y también, qué pasó con los 13,000 empleados públicos que no aplica su decreto de que estén impedidos de ganar más que el Presidente??
Todo esto es el resultado de la improvisación, y de la consistente manera de elegir mal que tenemos los ecuatorianos. A TRABAJAR señor Correa, y si no quiere, al menos dejenos a nosotros.
-Ares
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